Hace muchos años que propugno la convergencia de EMV y PKI. Para mi es una oportunidad el hecho de que una de las obligaciones que se imponen a las entidades financieras en el marco del desarrollo de SEPA (Single Euro Payment Area), sea la de emitir tarjetas EMV a todos sus titulares a partir del 1 de enero de 2008.
Si todas las entidades financieras adoptan esta idea, emitirán tarjetas mixtas que además de ser EMV (con autenticación dinámica) son DSCF (Dispositivo Seguro de Creación de Firma, en inglés SSCD, Secure Signature Creation Device, denominación de la Directiva y de la Ley de Firma Electrónica) e incluyen un certificado cualificado.
Esto aporta el que todos los titulares de tarjeta de crédito puedan contar con firma cualificada tan pronto como toque renovar la tarjeta. Y con ella, el acceso a todas las aplicaciones on-line o presenciales que se desarrollan tanto en el ámbito privado como en la administración pública para el DNIe y para otros certificados cualificados.
Veo grandes posibilidades de comunicación comercial y nuevos servicios que pueden desarrollar las entidades financieras.
También llevo años proponiendo el desarrollo en banca del sistema ABANCE (Autoridad BANcaria de CErtificación) que ponga en valor las iniciativas de desarrollo de PKI que muchas entidades financieras han llevado a cabo a lo largo de los años, y que entronca directamente con este uso mixto de las tarjetas EMV.
Rescatando las mejores ideas que se intentaron adoptar en el proyecto Iberion y eliminando las causas que acabaron con aquel proyecto, puede desarrollarse una infraestructura de clave pública que permita compartir la root, las políticas de certificación, los perfiles de los certificados y los servicios de gestión de revocación, haciendo que el proyecto sea de bajo coste para las entidades financieras, y con ventajas claras para ellas y para sus clientes.
Y posiblemente ha vuelto a madurar esta idea con todo el potencial que se desarrolla en torno al DNIe, y que algunas entidades financieras como Banesto y SCH están ensayando.
Hoy por hoy, pienso que una de las pocas barreras que existen para lanzar en serio el proyecto es que los criterios de homologación de EMV impiden que una tarjeta pueda presentar simultáneamente esta homologación y la correspondiente al cumplimiento de las normas CWA 14168 y CWA 14169). Por eso, es decisión de la entidad financiera si acepta tarjetas mixtas sin homologación que sepa que vienen de un fabricante que tiene tarjetas homologadas en cada estándar.
En mi opinión debe ser así, pero los responsables no se quieren arriesgar a no ser que un consultor externo se lo diga.
En estos momentos, por mi información, las tarjetas que cumplen las exigencias de DSCF y EMV son las de Microelectrónica (empresa española adquirida por msystems, y que al ser adquirida esta por Sandisk, ha pasado a su órbita) y las de SERMEPA (Advantis Crypto, basada en la TIBC 3.0) que desarrolla con ST Microelectronics. La Advantis Crypto la personalizan la FNMT-RCM, G&D y Oberthur.
Sé que hay otros proveedores que también las tienen, por lo que invito a añadir comentarios señalando más proveedores.